Acerca de los ritos funerarios mapuches, es muy difícil encontrar información abundante. Sin embargo, gracias a la entrevista realizada a Antonio Paillafil es que se puede destacar el hecho de que crear un chemamüll confiere un previo proceso mental de imaginación de la escultura, en conjunto con sus dimensiones, tipos de madera, entre otros. Luego del proceso imaginativo, dependiendo de cada escultor/a, se llevará -o no- a cabo un boceto dibujado, para posteriormente comenzar con el tallado.
Antonio explicó con sus palabras que los chemamülles son elementos tangibles que quedan en tierra una vez que una persona fallece. Estos sirven como un portal que utilizan las almas de las personas fallecidas para viajar por donde se les plazca con la seguridad de que siempre tienen un lugar donde volver: la escultura de madera. Esto pone en evidencia el proceso espiritual por el que pasa el/la escultor/a al hacer su trabajo, ya que la mente debe estar enfocada en ello y siempre se encuentra trabajando. Como Antonio, cuando comentaba que él incluso cuando está durmiendo está imaginando sus esculturas. Su mente jamás descansa, lo cual también puede evidenciar la dificultad que conlleva este trabajo, ya que es un largo proceso mental, por el cual una persona debe estar capacitada y tener las suficientes ganas de expresar un sentimiento que será plasmado en la madera para posteriormente ser materializado en el viaje de las almas.
Gorteau, M. (2020). Te juro que no [escultura por David Muñoz].
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